Todos los amantes del horror, el thriller, o el género policial en general, seguramente recodarán a quien fuera nombrado el villano más terrible de todos los tiempos, según muchas encuestas realizadas por algunas de las revistas más respetables: Hannibal Lercter– es un personaje ficticio creado por el periodista y escritor Thomas Harris, para El Dragón Rojo- donde apareció por primera vez, aunque de manera muy esporádica- sin embargo, el personaje fue tan enigmático, que no podía dejar de tener su propia participación especial, lo que ocurrió al final en El Silencio de los Corderos, en Hannibal, y finalmente, en Hannibal (el origen del mal) donde el escritor, narra de manera magistral los sucesos ocurridos durante la infancia y juventud del personaje, haciendo entender al lector cual fue el origen del ¨monstruo¨ – como suele llamársele en la saga-.
Hannibal, aunque indefinible, puede caracterizarse por sus exquisitos modales, su amor por el arte y la música académica, su singular gusto por la comida poco convencional, y una terrible aberración por los actos que él considera de mal gusto. Un genio de la psiquiatría y el entendimiento del comportamiento humano, que logran aterrar, y al mismo tiempo, causar cierta calidad afectuosa; un prolífico asesino, severo y despiadado.
Pero, lo cierto es, que lo que dio a Thomas Harris la inspiración para crear a un personaje tan ambiguo como el afamado psiquiatra, fue una inusual entrevista que tuvo con un doctor mexicano en una cárcel de Monterrey 25 años atrás.
Para la edición aniversario del El Silencio de los Corderos en 2013, Thomas reveló algo que había estado girando en el trasfondo de su conciencia durante muchos años.
En el año de 1963, un joven Harris, quién trabajaba como reportero, visitó el penal de Topo Chico, en la ciudad mexicana de Monterrey, para entrevistar a un triple homicida estadounidense recluido en dicho recinto, sin embargo, un poco antes de la entrevista, el asesino intentó escapar, y uno de los guardias, para impedir que esto sucedieron, le disparó un balazo de escopeta, hiriéndolo de Gravedad.
Por suerte- quizás viéndolo en retrospectiva- un cirujano que se encontraba en el penal, logró salvarle la vida al reo. Thomas, impresionado por los eventos, pidió entrevistar al talentoso médico, lo cual le fue permitido
En su prólogo muchos años después, describió al sujeto como un hombre pequeño, ágil y de modales exquisitos. Pero la entrevista en sí misma, se tornó oscura cuando el médico, comenzó a preguntar a Harris acerca de su opinión sobre el asesino.
Sin embargo, todo concluyó de manera agradable, y el periodista, para agradecer la amabilidad del doctor, le ofreció tomar una copa si alguna vez visitaba los Estados Unidos, a lo el médico respondió, que lo haría con gusto cuando pudiera viajar.
Al salir del consultorio, Harris le preguntó al director del penal, cuanto tiempo llevaba trabajando allí aquel hombre, a lo que el director respondió, que el médico, era el más peligroso asesino recluido en el recinto. El último mexicano condenado a muerte por sus crímenes.
